"LUGAR DONDE SE CULTIVA LA PALABRA PROFUNDA o wallmapu, en la Nación
Mapuche, es el sitial de la vida y el verbo que la enraíza... se nos
explica en el documental de Salvador Díaz, hecho en el país que posee
cinturita de doncella erguida, en paráfrasis a la Mistral. Las analogías
que causa el filme brotan instantáneas, como libertaria flor de
manzanilla que habla desde la virtud de todos los aromas... En la
película un mapuche comparte la palabra: "Nosotros les podemos dar
clases de humanidad a los cristianos", expresa con la profundidad
aquélla. No sólo a los cristianos, asimismo a cualquier creyente o
descreído. Su estereotipo es mestizo, lo cual equivale a que no radica
en el matiz de la piel la descrita raíz apalabrada, sino en la colectiva
tonalidad por la defensa de la tierra... Lo que conduce hacia otra
similitud, a San Salvador Atenco, a la represión más descarnada que un
esqueleto, con la participación de tres gobiernos distintos e idéntica
podredumbre desenraizada.
En la cinta se reitera que los mapuche por centurias cosechan la palabra profunda, la que ni el genocidio recurrido, de ayer y ahora, por enemigos que colocan murallas en territorio comunal... ha podido hacerse de la voz. Y es que defender la tierra significa impedir que el canto se apacigüe y desparezcan puños de tumulto en el maizal.
DE VUELTA A LA POESÍA, DEVUELTA LA POESÍA que es tierra nuestra que habremos de acumular en cuanto nos toque transpirar el reloj de arena, poetas son los mapuche, poetas son los atenquenses, poetas son los de la Comuna de París.... basta acercar el oído y escuchar la raíz de la memoria y la raíz actual que nos conjuga, a fin de que persista el paralelismo, entender que la saña contra mapuche, atenquenses, comuneros... es por lo que representan: el pueblo guiado por el pueblo sin Perogrullo ni profetas; el pueblo que en el Chile del gran Allende o, para evadir los involuntarios rigores del albur, en la república chilena de don Salvador, formo las JAP, las Juntas de Aprovisionamiento y Precio, a fin de enfrentar desde cooperativas de consumo la hambreadora táctica de oligarcas y la CIA, o los cederistas Comités de Defensa de la Revolución en Cuba que tuvieron su antecedente en Sierra Maestra con el gran Che y en Morelos con el gran Zapata, en una suma de grandezas, a las que hay que añadir los soviets o consejos de la Rusia revolucionaria. El pueblo guía al pueblo en transitar de creación y resistencia. PUEBLO que guía al pueblo, el de San Salvador Atenco que liberó a los suyos, a los nuestros, de la prisión durante el virreinato de Montiel Rojas.
En el video del cineasta Salvador Díaz los mapuches relatan cómo, agrupados en pueblo que guía al pueblo, enfrentan ataques contra el LUGAR DONDE SE CULTIVA LA PALABRA, v.gr., la "Ley antiterrorista", engendrada por Pinochet, engendro que aún persiste como las pinochetianas afores, por orden de los "Chicago Boys" de Milton Friedman, la ITT, Kissinger y Nixon, cuyas acciones derivaron en -más que poema- en convocatoria antiimperialista de Incitación al NIXONICIDIO, del gran Pablo Neruda, el bardo a México cercanísimo, el que izó voz y rúbrica en defensa de presos políticos, entre éstos, al gran José Revueltas.
De la película de Salvador Díaz, en efecto, se desgajan inferencias, baste incluir para culminar a Joaquín Murrieta, apodado Zorro, sonorense que combatió gringuísimos latifundistas, marines y cherifes, a quien el citado y recitado Neruda en una obra de teatro, Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta, convirtió en chileno, o el antecesor coetáneo de don Pablo, Carlos Morla Vicuña, chilenizó con titulito afrancesado: Le bandit californien, o el sucesor de ambos de la misma nacionalidad aunque nacido en Argentina, Ariel Dorfman, con LOS PASOS DE MURRIETA... No se trata de chauvinismos ni falsos pasaportes, sino de identidad latinoamericana contra el imperio. Mucha reflexión se desprende del "Lugar donde se cultiva la palabra".
PINO PÁEZ
En la cinta se reitera que los mapuche por centurias cosechan la palabra profunda, la que ni el genocidio recurrido, de ayer y ahora, por enemigos que colocan murallas en territorio comunal... ha podido hacerse de la voz. Y es que defender la tierra significa impedir que el canto se apacigüe y desparezcan puños de tumulto en el maizal.
DE VUELTA A LA POESÍA, DEVUELTA LA POESÍA que es tierra nuestra que habremos de acumular en cuanto nos toque transpirar el reloj de arena, poetas son los mapuche, poetas son los atenquenses, poetas son los de la Comuna de París.... basta acercar el oído y escuchar la raíz de la memoria y la raíz actual que nos conjuga, a fin de que persista el paralelismo, entender que la saña contra mapuche, atenquenses, comuneros... es por lo que representan: el pueblo guiado por el pueblo sin Perogrullo ni profetas; el pueblo que en el Chile del gran Allende o, para evadir los involuntarios rigores del albur, en la república chilena de don Salvador, formo las JAP, las Juntas de Aprovisionamiento y Precio, a fin de enfrentar desde cooperativas de consumo la hambreadora táctica de oligarcas y la CIA, o los cederistas Comités de Defensa de la Revolución en Cuba que tuvieron su antecedente en Sierra Maestra con el gran Che y en Morelos con el gran Zapata, en una suma de grandezas, a las que hay que añadir los soviets o consejos de la Rusia revolucionaria. El pueblo guía al pueblo en transitar de creación y resistencia. PUEBLO que guía al pueblo, el de San Salvador Atenco que liberó a los suyos, a los nuestros, de la prisión durante el virreinato de Montiel Rojas.
En el video del cineasta Salvador Díaz los mapuches relatan cómo, agrupados en pueblo que guía al pueblo, enfrentan ataques contra el LUGAR DONDE SE CULTIVA LA PALABRA, v.gr., la "Ley antiterrorista", engendrada por Pinochet, engendro que aún persiste como las pinochetianas afores, por orden de los "Chicago Boys" de Milton Friedman, la ITT, Kissinger y Nixon, cuyas acciones derivaron en -más que poema- en convocatoria antiimperialista de Incitación al NIXONICIDIO, del gran Pablo Neruda, el bardo a México cercanísimo, el que izó voz y rúbrica en defensa de presos políticos, entre éstos, al gran José Revueltas.
De la película de Salvador Díaz, en efecto, se desgajan inferencias, baste incluir para culminar a Joaquín Murrieta, apodado Zorro, sonorense que combatió gringuísimos latifundistas, marines y cherifes, a quien el citado y recitado Neruda en una obra de teatro, Fulgor y muerte de Joaquín Murrieta, convirtió en chileno, o el antecesor coetáneo de don Pablo, Carlos Morla Vicuña, chilenizó con titulito afrancesado: Le bandit californien, o el sucesor de ambos de la misma nacionalidad aunque nacido en Argentina, Ariel Dorfman, con LOS PASOS DE MURRIETA... No se trata de chauvinismos ni falsos pasaportes, sino de identidad latinoamericana contra el imperio. Mucha reflexión se desprende del "Lugar donde se cultiva la palabra".
PINO PÁEZ